Estimado Señor Presidente de la República de Cuba:
Salga a dar una vuelta conmigo por La Habana. Hagamos como que usted y yo, sólo somos dos personas normales, y usted no es mejor que yo.
Me gustaría hacerle algunas preguntas, si es que podemos hablar honestamente:
¿Por quién reza en las noches antes de dormir?
¿Qué siente cuando se mira en el espejo? ¿Se siente orgulloso?
¿Cómo logra dormir mientras el resto de nosotros llora por la Libertad?
¿Cómo logra soñar sabiendo que el pueblo cubano no tiene la oportunidad de expresarse y reclamar por sus derechos?
¿Por qué ese odio hacia los que piensan diferente? ¿Es malo reclamar por aquello que uno siente? ¿Es malo luchar por aquello que uno se merece?
¿Cómo camina con la frente en alto?
¿Es capaz si quiera, de mirarme a los ojos… y decirme por qué?
Señor Presidente:
¿Fue usted un niño solitario? ¿Es usted un niño solitario?
¿Cómo puede decir usted, que ningún niño es dejado de lado? Cuando se le quita la posibilidad de pensar libremente y de vivir por aquello que sueña.
¿Cómo puede decirme que todos los cubanos tenemos los mismos derechos? No somos tan estúpidos y no estamos ciegos, Señor Presidente.
Estamos parados en nuestras celdas, estamos encerrados en nuestro propio país. Estamos escuchando atentamente sus palabras, mientras usted pavimenta el camino hacia el odio, mientras usted nos divide sin más motivos que el hecho de pensar distinto.
¿Qué clase de padre le quitaría los derechos a su propio hijo? ¿Qué clase de padre odiaría a su hijo por no pensar igual que usted? Piénselo Señor Presidente... ¿De verdad usted piensa usted, que nosotros no queremos un país mejor? ¿O en realidad es temor, que eso que soñamos sea mucho mejor a lo que usted viene prometiendo desde más de 50 años y nunca ha llegado?
Sólo puedo imaginarme lo que su consciencia tiene para decirle Señor Presidente: “Hemos avanzado tanto Fidel, desde la época de revolucionarios”, solo eso me imagino. Pero no se deje engañar por su propia consciencia Señor Presidente. Mire a su alrededor y ponga la mano sobre su corazón y piense Señor Presidente, ¿realmente estamos mejor?
¿Cómo logra dormir mientras el resto de nosotros llora?
¿Cómo logra soñar sabiendo que miles de ciudadanos somos encarcelados sólo por el hecho de pretender un país mejor para nuestros hijos? ¿Cómo camina con la frente en alto?
¿Es capaz si quiera, de mirarme a los ojos… y decirme por qué?
Déjeme contarle sobre un país mejor, Señor Presidente:
Un país, donde nuestras voces sean escuchadas…
Un país, donde todos aquellos que no piensan igual sean respetados, tenidos en cuenta…
Donde toda persona que quiera participar e involucrarse en el futuro de nuestra patria, tenga el Derecho y el espacio para hacerlo…
Un país, donde al diferente no se lo mire como un contrarrevolucionario...
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Donde los únicos países amigos, no sean aquellos que esclavizan y quitan todos los derechos a su pueblo…
Donde existan medios informativos que puedan criticar las malas políticas del gobierno, sin por ello tener que ser perseguidos o eliminados…
Donde tengamos la posibilidad de elegir a quién nos represente, y tener la posibilidad de quién lo desee pueda presentarse como candidato…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Un país donde dejemos de escuchar promesas de la revolución que nunca las vemos materializadas…
Donde podamos soñar con un país mejor, donde tengamos Libertad de salir y entrar cuantas veces lo queramos…
Donde tengamos los mismos derechos que cualquier otro ciudadano tiene en el mundo…
Déjeme contarle sobre un país mejor, Señor Presidente:
Donde los ciudadanos podamos viajar libremente, en cómodos servicios de transporte…
Donde los hospitales no se caigan a pedazos…
Donde los cubanos tengamos los mismos servicios médicos que los extranjeros, y los enfermos no deban durante semanas esperan ser entendidos como animales…
O donde los defensores de los DDHH, no terminen muertos por supuestas enfermedades en abandonados hospitales…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Donde podamos recibir un sueldo digno, donde cada uno pueda ser premiado por su esfuerzo y voluntad, y no ser castigados con un ingreso fijo que no alcanza para nada…
Donde podamos construir nuestra casa propia con el fruto de nuestras manos, sentir que lo que tenemos es fruto de nuestro trabajo...
Sentir que al menos valemos para alguien…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Donde no estemos buscando excusas ridículas para justificar nuestros propios fracasos…
Un país, donde se pueda ahorrar para gastar en aquello que deseemos, y no uno donde no podamos ahorrar ni una sola moneda debajo del colchón, mientras nuestros políticos abren millonarias cuentas en el exterior…
Donde el estado no nos mienta con números irrisorios…
Déjeme contarle sobre un país mejor, Señor Presidente:
Donde no se les pague a las personas con un sándwich y un refresco para llenar actos, o agredir a disidentes, menos aún para defender posturas indefendibles…
Donde quienes pensemos diferentes, tengamos los mismos derecho de aquellos que piensan como usted…
Donde lo diferente no sea mirado como una amenaza, sino como tales, como personas que sólo piensan diferente…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Donde las fuerzas de seguridad estén para defender al pueblo, y no para agredir a quienes pretenden hacer valer sus derechos…
Donde no exista un Comité de Defensa de la Revolución, que funcionan en cada cuadra llevando un registro de las actividades de todos los ciudadanos llevamos adelante…
Donde tengamos Libertad de hacer todo aquello que queramos hacer, sin perjudicar a nuestro hermano…
Donde la Libertad, pueda vivirse en carne propia y no ser un simple deseo inalcanzable…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Un país, donde la educación sea realmente de calidad, y nuestros alumnos tengan acceso a estudiar y leer cualquier libro que ellos deseen y no sólo aquellos que el régimen les permita…
Donde cualquier ciudadano que lo desee pueda tener libre acceso a internet y por medio de ésta expresarse libremente…
Donde se nos permita escuchar radios y ver programas de TV extranjeros, sin que se nos persiga por ello…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Un país, donde todos los ciudadanos podamos sentir orgullo por nuestro representante, más allá de las diferencias ideológicas…
Un país, donde podamos creer en la palabra, y no desconfiar de todo lo que se nos promete…
Donde las necesidades del pueblo sean satisfechas en tiempos coherentes y no morir en falsas promesas…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Un país, donde al menos podamos comprar jabón para bañarnos, y no tengamos que solicitárselo a los turistas que nos lo regalen…
Un país, que nos permita mínimamente comprar aquellas cosas que podamos necesitar diariamente…
Donde las tiendas comerciales no sean sólo para turistas o funcionarios del Gobierno…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Un país, donde nuestros hermanos cubanos esparcidos por el mundo tengan la posibilidad de volver a su patria…
Y no, donde los cubanos sólo vivan pensando en la forma de escaparse del suelo que los vio nacer…
Déjeme contarle sobre un país mejor.
Donde la prostitución no sea el único negocio rentable en la isla…
Donde existan posibilidades para todo aquel que pretende mejorar su calidad de vida…
Donde sólo podamos ser libres… tan sólo eso Señor Presidente… ser libres.
Déjeme contarle sobre un país mejor… déjeme contarle sobre mi sueño de país.
Usted no tiene idea lo que es un país mejor…
Usted no tiene idea lo que un país, Señor Presidente.
¿Cómo logra dormir en las noches?
¿Cómo camina con la frente en alto?
Señor Presidente: Usted nunca saldrá a dar una vuelta conmigo.
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