Trabajamos desde el azar, desde suertes de voluntad torcida. Vamos de la mano tejiendo cósmicamente pensamientos comunes, inmersiones dispersas. Descifrando desde el eterno retorno: un recóndito fragmento de pi. Nos decimos luz, cubierta de carne, pero sólo vivimos a través de la palabra, nos reflejamos desde lo plasmado, lo tangible, leemos, y así existimos, escribimos y así coexistimos.
Imagen: Silent stories [Audrey Kawasaki]
Así es, siempre de paso, tenemos un instrumento acorde a esta dimensión para aprender. Ojalá todos nos diéramos cuenta.
ResponderEliminarTe amé por decir todo eso.
ResponderEliminarIndependientemente si el texto es tuyo o no. Lo crees cierto, pues lo publicaste. Por lo tanto lo convierte en tuyo también.
Te amé