Hoy en la Plaza Constitución de Vigo un hombre de unos 35 años me ha pedido una ayuda para comer. Ha añadido que está en una situación muy delicada. Esta anécdota pasaría desapercibida si el hombre en cuestión no pesase 180 kilos. Es como si el habitual ronroneo de yonkis se viese súbitamente sepultado por este phoskito-dependiente y todo su cuajo. Al final me ha pedido fuego y se ha sido cuasi-indignado.
Podríamos pensar que realmente esto no es para tanto. Y si, es gracioso pero no para fundar un blog, aunque me consta que hay blogs con matrices fundacionales más espúreas. Pero el caso es que desde hace años compartimos varios amigos, conocidos y visitantes una extraña fascinación por Vigo. Es una ciudad demencial donde suceden cosas que creemos que no son habituales en otros lugares. Posiblemente nos equivoquemos así que invitamos a cualquiera que se preste a relatar fenómenos extraños de otras ciudades. Pero con la clara conciencia de que será difícil dado el caudal anécdotico que Vigo arrastra. Daremos además el "Premio Absurdalia del Mes" a la anécdota o reflexión urbanística, social etc que más demencial nos padezca.
Y recuerden no es odio. Es asunción y fascinación.
Primera entarda de blog Vi and Go.
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