Estamos llegando casi al mes de Diciembre, el mes de la navidad, de las compras, de las cenas de empresa, de las cenas de familia. Un mes para muchos difícil, por decir una palabra amable.
No me gustan las navidades, de siempre, pero ahora mismo en los tiempos que corren, mucho menos. Quizás porque pienso en todas aquellas familias que no podrán comprar ni un regalo a sus hijos, que no podrán hacer una cena de nochebuena para su familia.
La culpa de todo esto, no es solo de esta sociedad de consumo, publicidad y demás... la culpa de todo esto la tenemos nosotros, porque nos hemos dejado llevar por todos esos clichés absurdos, sin darnos cuenta que "un simple bocata de atún, puede ser mucho mas reconfortante que un pavo, cochinillo, langostinos...etc si tienes a tu lado a los seres queridos". Y que un simple regalo, en un día cualquiera del año, dice mas que los obligados regalos de nochebuena o reyes.
Tal vez todo esto, sea la lección que necesitamos para valorar lo que verdaderamente es importante en la vida y lo que debemos inculcar a nuestros hijos. Dejemos de seguir el juego a esta sociedad absurda, llena de vanidad y de mentiras.
Quiero pensar, que de verdad somos conscientes que la verdadera felicidad no reside en tener un coche, una cuenta corriente con muchos ceros y todo aquello que puede comprar el dinero, sino en lo que de verdad importa... ser felices.
El hombre feliz no necesita camisa.
Si nos dieramos cuenta, la sociedad daría pasos adelante con más certeza y que llevaran algun sitio de una vez por todas. Un beso
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