sábado, 10 de julio de 2010

Libertad

Anoche tuve un sueño horrible; por la mañana se me hizo realidad; y ahora, por la tarde, se los cuento:
Vi un cabo de grueso hilo, que pendulaba suavemente sobre un fondo gris de cemento, y posada en la cuerda, una mariposa amarilla… que salió volando al temblar la soga, lento, se alejó con su vaivén zigzagueante y más abajo, el cuerpo de un joven meciéndose, mientras la mariposa pasa entre los barrotes a sus espaldas… y se aleja más, cada vez más, de su rostro violáceo, el cuerpo inerte, meado y cagado al espirar, con su último esfuerzo, como todo ahorcado cuando deja de patalear y se mece; la mariposa se pierde finalmente en el cielo azul de afuera, y yo terminé entonces de abrir los ojos, por que entresoñando vi la escena y me incorporé, salté de la cama y comencé a golpear la puerta: -Llavero llavero… ¡enfermería llavero! –y seguí golpeando hasta que todas las celdas comenzaron a golpear con migo y de pronto, un silbido agudo seguido de un silencio total, pasos, sin prisa, ruido de llaves, y la pesada puerta de hierro que se abre… tarde ya.

DCF

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